LA CASA SIEMPRE GANA, EL JUGADOR A VECES

El jugador juega para perder! Tremenda paradoja que demuestra la irracionalidad de las conductas humanas. La proporción en el juego es de diez apuestas: siete derrotas y tres victorias. Y si uno no se controla, pues se termina de arruinar. La ludopatía es una enfermedad crónica del mundo urbano. Una cosa es jugar ocasionalmente para divertirnos, otra muy distinta es la de postergarlo todo por una necesidad compulsiva por jugar y jugar. La “casa” siempre gana, así que amigo, si usted logra entender esto sea consciente y establezca sus límites. Hemos explorado de todo por más de veinte años como jugador de caballos, y el placer que esto nos ha producido es indescriptible, no obstante, que en nuestro medio no todo lo que brilla es oro. El hipismo es básicamente un negocio cuyo eslabón más débil es precisamente el apostador. Jugar selectivamente es la gran recomendación, uno o hasta tres caballitos por reunión; o ajustarse a un presupuesto establecido. Con nuestra ayuda obtendrá una referencia “lógica”, quizás la más lógica de cuantos dan información hípica en nuestro medio; y aún así no basta. La suerte la pone cada uno, si bien, muchas veces la buena suerte depende de la mala suerte de los demás. O como diría Fernando Savater en su más reciente libro: “La Hermandad de la Buena Suerte”, no hay método alguno que nos garantice ganar, y que la buena suerte radica en no saber el momento en que nos llega la muerte.