FRANKEL, CUANDO EL PEDIGRI SI RESPONDE!!!

El hijo del campeón ‘Galileo’, que cada vez que competía se divertía y ganaba, brillará con luz propia en la historia del Turf

Texto: Javier Hidalgo

Una vieja creencia árabe dice que Dios tomó el viento del Este, sopló sobre él y creó así el caballo.

Los hombres, a través de toda su existencia, han admirado a este animal hasta el punto de domesticarlo y hacerlo, junto al perro, su mejor aliado. En muchos momentos de la existencia humana ha habido caballos que han brillado con luz propia y han llegado a levantar pasiones entre las multitudes.

La cría del Pura Sangre Inglés es tan aventurera como la del toro bravo: una gran parte de la producción es desechada y tan solo un pequeño porcentaje de los animales criados llega a cumplir la función para la que han sido concebidos. A lo largo de la historia de las carreras de caballos, ha habido ejemplares que han destacado sobre los demás, llegando a ser objeto de seguimiento por parte a veces de naciones enteras e incluso de continentes.

Un ejemplar que se hizo inmensamente popular en América fue ‘Seabiscuit’, cuya biografía ligada a las de su propietario, preparador y jinete, ha sido recogida en un libro, best seller en su día, y en una película de gran éxito. Otro ejemplar archiconocido fue ‘Aldaniti’, que sufrió una lesión al tiempo que a su jinete, Bob Champion, se le diagnosticó un cáncer. Un magnífico libro refleja la crónica de los éxitos del caballo y de la recuperación paralela de montura y jinete, de sus respectivas dolencias, para reaparecer de nuevo y volver a triunfar en las pistas. En Gran Bretaña todavía se imprimen tarjetas postales con los retratos de tres grandes figuras del Turf: ‘Dessert Orquid’, ‘Arkel’ y ‘Red Rum’, este último triple ganador de la más grande carrera de steeple chase, el Grand Nacional. Todos ellos marcaron un hito en la evolución del Turf y fueron elevados a la categoría de ídolos por sus muy numerosos seguidores.

Quizás porque la cría y la selección han alcanzado un nivel de perfección hasta ahora desconocido, quizás por puro azar en la misteriosa combinación genética, lo cierto es que en este 2012 vamos a despedir de los hipódromos a un caballo que parece haber superado a todas esas figuras de la historia, al menos eso dicen los entendidos.

El pedigrí ayuda. A veces, a pesar de una cuidadosa selección en la cría, el producto obtenido no da el resultado esperado. Nos referimos a caballos con excelentes orígenes que, sin embargo, no sirven para la competición. Y se da el caso contrario: ejemplares que mejoran las capacidades de sus progenitores. La verdad es que el pedigrí no lo es todo, pero ayuda bastante. Cuando se cría con buenos orígenes, se tienen más probabilidades de obtener buenos productos.

Este es el caso de ‘Frankel’, “el mejor caballo de carreras que nunca ha habido”. Su padre y sus abuelos han sido todos magníficos caballos. ‘Galileo’ ganó el Derby de Epson en 2001 y luego repitió victoria con el King George and Queen Elizabeth Stakes en Ascot. ‘Sadlers Wells’, abuelo paterno de ‘Frankel’, aparte de sus propios méritos compitiendo, cuenta con el récord de haber sido el semental más exitoso de la historia en Gran Bretaña, habiendo originado 130 hijos ganadores de carreras de Grupo 1. En la rama materna, el abuelo, ‘Danehill’, fue el más famoso sprinter de su época. De esta forma, ‘Frankel’, por nacimiento, contaba con todas las papeletas para triunfar y así lo ha hecho.