EN LOS CABALLOS GANA EL QUE TIENE SUERTE! O EL QUE DEJA DE JUGAR!!!

Ayer un amigo en la peña hípica me llamó el "científico" porque siempre me ve con hojitas y gráficos de mi propia confección en cada reunión de carreras. Y la verdad es que el hipismo me gusta no sólo por lo apasionante que es, además de la apuesta, sino porque procuro "domar el azar", es decir, encontrar las leyes que me permitan, invariablemente, ser un constante ganador en las carreras de caballo. Pero que va. La realidad es mas terca que nosotros. No hay leyes hípicas que puedan predecir una competencia y su resultado final. TODO ES AZAR y sólo nos queda tomar algunas buenas decisiones en función de la experiencia (sobretodo en la derrota perenne) y algunas constantes que nuestro hipismo tiene. Por ejemplo:  jugar algunos jinetes como Jaramillo o Sarmiento que ganan con bastante frecuencia o a los grandes caballos y yeguas campeones que también repiten victoria con relativa frecuencia, por lo demás: el rating, la campaña, los traqueos y demás variables terminan siendo aleatorias y sujetas a imprevisibles propios de la carrera en sí, junto al agregado, de la TRAMPA, es decir, aquellas maquinaciones nada limpias que hace la BANCA SUIZA o las llamadas "OFICINAS" para arreglar el resultado de una competencia. Es por ello que si bien seguiré estudiando el hipismo en búsqueda de tendencias y variables, estoy mas que convencido que es la BUENA SUERTE (y la malicia Eduardo Espinoza dixit) lo que permite a un jugador ganar MUY OCASIONALMENTE.