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Federico Tesio: "Un caballo para ser clásico debe poseer voluntad en la partida y tenacidad en la

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Federico Tesio: "Un caballo para ser clásico debe poseer voluntad en la partida y tenacidad en la llegada".

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lunes, 10 de octubre de 2011

EL USO DEL LÁTIGO EN CARRERA!

Un tema siempre controversial en el hipismo mundial cobró furor la semana pasada, se trata del uso del foete en el deporte hípico, muchas veces criticado por las sociedades de protección animal. Hace días el hipismo inglés copió el modelo francés y dictaminó un límite máximo de 7 latigazos por jinete en cada carrera. El jockey que se exceda será multado con un monto fijo por cada foetazo extra y al reincidir será suspendido.


Hay animales que ni siquiera toleran latigazos, el domingo por ejemplo, Sarmiento notificó al comisariato que no usaría el látigo en la primera válida porque a su conducida: Gran Brigit no se le podía pegar, pues el resultado fue el esperado, ganó con solvencia y sin necesidad de ser fustigada. En realidad el foete en una carrera tiene un efecto limitado, su función es poner alerta al animal, asustarlo para que acelere el paso, pero con sólo un foetazo y mostrándole reiteradamente el látigo, basta para que el caballo mantenga el paso de huida. En cambio el arreo sí es fundamental para obtener un mejor efecto en el galope, al arrear el jinete estimula el movimiento natural del caballo y le permite estirarse más y, por ende, descontar más terreno en menor tiempo. Un jinete debe estar más pendiente de detalles como el llamado “cambio de manos”, que permite que el animal descanse de uno de los miembros anteriores y use el otro que hasta el momento tiene menos desgaste. Es como un boxeador que viene pegando sólo izquierdazos, en algún momento se le cansa esa mano y necesita usar la derecha, es decir debe usar ambas manos para conseguir la combinación adecuada, sólo que el boxeador es racional y sabe cuando cambiar de mano, mientras que el caballo en ocasiones lo hace por costumbre y en otras necesita ser ayudado por el jinete. Si el jockey se da cuenta que en la recta final de que el caballo no ha hecho el cambio de manos, su deber es obligarlo, lo puede hacer con varias técnicas: usando la rodilla, con las bridas, desbalanceando el peso en el lomo del animal, o, y aquí si es necesario, con ayuda del foete, “tocándolo” en la paleta o escápula. Todos esos detalles son más importantes que castigar en exceso a un ejemplar que, además, después de unos 2 o 3 latigazos en el mismo punto se le anestesia el lugar y deja de sentir con la misma intensidad, lo que convierte la pegadera en una pérdida de tiempo sin efecto. A veces hay jinetes que pierden carreras por estar pendientes de usar el látigo y se olvidan de arrear. Hay que ver a nuestro Ramón Domínguez, a Mike Smith o a otros grandes jinetes del mundo en un final cerrado, prácticamente no usan en látigo, en ocasiones ni lo arman y se dedican sólo a arrear. Claro esto es algo que no sólo deben entender los jockeys, sino también los comisarios, los propietarios y los entrenadores, porque he escuchado a jinetes que son acusados de negligentes por no usar el foete en exceso, cuando claramente se ve que defendieron la carrera con recursos mucho más valiosos.

CARLOS LUIS GIARDINELLA

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