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Federico Tesio: "Un caballo para ser clásico debe poseer voluntad en la partida y tenacidad en la

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Federico Tesio: "Un caballo para ser clásico debe poseer voluntad en la partida y tenacidad en la llegada".

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jueves, 7 de enero de 2010

José Luis Rodríguez Jr: “No vine a imitar, vine a cumplir mi sueño”


José Luis Rodríguez Jr: “No vine a imitar, vine a cumplir mi sueño”

CARLOS VIERMA SAAVEDRA
José Luis Rodríguez García mantuvo tanto contacto con la hípica que era -poco probable- que inclinara la balanza hacía la profesión que le ha dado tanto a él y a su familia. Desde niño siempre acompañó a su padre los días de carreras a disfrutar del espectáculo y esperar que ‘papá ganará’ una para festejar. El principal de este legado es el “Pumita” José Luis Rodríguez, quien tampoco pensó que su hijo conduciría pura sangres, pues, siempre el muchacho se dedicó al colegio y a sus deportes favoritos. Fue creciendo y desarrollándose como un atleta entre varias disciplinas como: la natación, el fútbol y el atletismo -este último al que más se apegó- eso si, sin descuidar los estudios primarios y secundarios. Sus notas estuvieron entre las altas. Repentinamente, sin explicación, despertó en él el delirio por ser jinete. Júnior frecuentaba más el hipódromo, pues ayudaba como agente, colaborando en firmarle las montas a su padre. A mediados de este año el “Pumita” mayor sufrió un accidente de traqueos y con él fuera lo inevitable estaba por verse. El menor de la familia Rodríguez dispuso preparase en este deporte mientras cursaba el último año en el Alejo Fortique. Todos en casa lo apoyaron, a sabiendas –por experiencia- que el sacrificio era fuerte. El “Pumita” tenía que madrugar para ir al hipódromo y una vez culminado la enseñanza debía salir “volando” para sus residencia en el Este de la capital, para luego asistir a las clases del último año que le permitiría ingresar en la universidad. Rapidito a José Luis jr. le encontraron los ejemplares para educarlo y adiestrarlo en el equilibrio, galopes en silla y otro para el partidor y briseo: Speed Runner, experimentado pistero –ya retirado de la acción-, sirvió para que el muchacho diera sus primeros pasos, a Tres Príncipes le pusieron la silla y a Consagrado -se lo compró su padre- para enseñarlo a partir y brisear. En corto tiempo asimiló las clases que le dio y otras recomendaciones que ha ido recibiendo de parte de otros profesionales del sillín que lo miran con aprecio. Intentó la prueba que le diera el permiso para montar y bajo la supervisión de las autoridades hípica capitalinas logró obtener matrícula. El novato denotó evolución acelerada. A finales de diciembre –específicamente el 30- tendrá 5 meses entre aprendizaje y montando en pruebas públicas. Parece rápido –al considerar experiencias de otros jockeys que pasan tiempo para lograr lo que él ha hecho en corto espacio. Este muchacho ha contado con el respaldo de alguien que conoce tanto la profesión y le ha obsequiado los consejos sinceros y oportunos. Su maestro es jockey de los buenos y como tutor parece también tener mención especial. El novato debutó con Gran Kuai enseñando cualidades de excelente partidor y así lo ha venido acentuando en cada presentación, sus compromisos salen cerca y por eso anda siempre decidiendo. Suelto de lenguaje comenzó a contar cómo fue que pasó el suiche y decidió emprender camino. Cómo le dio vida a ese sueño que consideró estaba dormido. ¿Cómo es que nunca habías montado un caballo, siendo hijo de una leyenda de la hípica venezolana? - Bueno así es. Ni en El Junquito había montado. Siempre estuve en La Rinconada acompañándolo en las mañanas de traqueos, pero sin la oportunidad de subir a uno. Entonces ¿en qué momento decides ingresar a la profesión y cuál fue el primer ejemplar que montaste? - Mi papá sufrió una lesión, se fracturó la pierna, yo estaba metido de lleno pero con él lesionado decidí encaminarme en este medio que conozco, pero desde otro palco. Es un sueño que estaba dentro de mí pero dormido, deseo cumplirlo. Mi familia me apoyó. Mi primer caballo fue el viejito Speed Runner, con él aprendí el equilibrio, con Tres Príncipes galope en silla y con Consagrado fui al aparato y galopé hasta irme poniendo para el examen y conseguir la matrícula. Ahora ¿cómo quedó la universidad con este cambio? - Seguiré estudiando, esto no lo puedo dejar. La hípica es mi sueño pero debo proseguir académicamente. Acabo de graduarme de bachiller y ya inicié en el Luisa Cáceres de Arismendi, de allí salen directo a la Casa de Valores. Equilibro bien mis responsabilidades, tengo el apoyo de mi familia. ¿Ha sido un buen año, cuáles son los planes para el 2010? - Seguro que sí, en poco tiempo estoy recibiendo muchas oportunidades por parte de los entrenadores, puedo pensar en grande. Tengo expectativas de cumplir con buen papel el próximo año, he formado un buen equipo con el agente el exjinete Raúl Malpica, quien tiene un mes trabajando conmigo y hemos estado siempre figurando, queremos arrancar con fuerzas en busca del “Aprendiz del Año” 2010. La primera victoria El júnior José Luis Rodríguez estaba ansioso de conseguir la primera victoria como jinete. Este triunfo le llegó con el tresañero Siete Macho de la cuadra de Aldo Traversa el pasado 28 de noviembre. Antes había conseguido una serie de segundos y figuraciones que anunciaban la celebración. Cuando el júnior ganó esa carrera el programa se paralizó por unos 10 minutos, mientras en el recinto al novato -que labró su primera foto- recibió el bautizo. “Me dicen los compañeros que ha sido el bautizo más sabroso, todo lo que encontraron en el recinto me le echaron encima. La gente del recinto de peso, jinetes, palafreneros, valet, entrenadores, los comisarios y hasta el Presidente del Hipódromo estaba allí, el único que no pudo fue mi papá, había demasiada gente, y no pudo acercarse”, narró. ¿Te han comparado con tú papá? - A él lo aprecian mucho y a mi también, pero no viene a imitar, yo vine a cumplir mi sueño, y cada día que leo en la Gaceta Hípica mi nombre le doy gracias a Dios porque se esta cumpliendo ¿Llegan consejos –a parte de tú papá- de otros profesionales? -Al principio había gente que pensaba que no llegaría lejos. Pero cuando quieres algo te comes las verdes y las que te pongan. Sarmiento, Rengifo, Jean Carlos Rodríguez -quien es primo de mi mamá- Santiago González, Simón Robles, y hay más que me dan consejos. En casa tenemos una sala de vídeos en la que me reúno semanalmente con varios de ellos, tengo un caballo mecánico que le dedicó de 20 a 30 minutos, lo que dure el resumen de carreras, ellos observan los errores y me dicen lo que hay que mejorar. ¿Qué entrenadores te ayudan? Por los entrenadores está Ernesto Ochoa, una gran persona, Aldo Traversa, César Pérez, Petit, Abraham Campos, Jesús Eduardo Benedetti son parte de los entrenadores que me están tendiendo la mano y vamos a responderle. Casi todos los propietarios de Traversa me abrieron las puertas. José Luis Rodríguez jr es actualmente el jinete más liviano de la hípica nacional. El fusta -de 18 años- pesa 46 kilos y estima que esto se debe al constante entrenamiento y la alimentación que recibe. Está centrado en lo que desea, por lo que conquistar el galardón que distingue al mejor aprendiz será cuestión de tiempo.

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